Diócesis de Fontibón
Parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
Lecturas del día jueves, 24 de abril de 2025
Hch 3,11-26
Mataron al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.
EN
aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y
Juan, todo el pueblo, asombrado, acudió corriendo al pórtico llamado de
Salomón, donde estaban ellos. Al verlo, Pedro dirigió la palabra a la
gente:
«Israelitas, ¿por qué se admiran de esto? ¿Por qué nos miran
como si hubiéramos hecho andar a este con nuestro propio poder o virtud?
El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha
glorificado a su siervo Jesús, al que ustedes entregaron y de quien
renegaron ante Pilato, cuando había decidido soltarlo.
Ustedes
renegaron del Santo y del Justo, y pidieron el indulto de un asesino;
mataron al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos,
y nosotros somos testigos de ello.
Por la fe en su nombre, este, que
ven aquí y que conocen, ha recobrado el vigor por medio de su nombre;
la fe que viene por medio de él le ha restituido completamente la salud,
a la vista de todos ustedes.
Ahora bien, hermanos, sé que lo
hicieron por ignorancia, al igual que sus autoridades; pero Dios cumplió
de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías
tenía que padecer.
Por tanto, arrepiéntanse y conviértanse, para que
se borren sus pecados; para que vengan tiempos de consuelo de parte de
Dios, y envíe a Jesús, el Mesías que les estaba destinado, al que debe
recibir el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de la que
Dios habló desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Moisés
dijo: “El Señor Dios de ustedes hará surgir de entre sus hermanos un
profeta como yo: escuchen todo lo que les diga; y quien no escuche a ese
profeta será excluido del pueblo”. Y, desde Samuel en adelante, todos
los profetas que hablaron anunciaron también estos días.
Ustedes son
los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con sus
padres, cuando le dijo a Abrahán: “En tu descendencia serán bendecidas
todas las familias de la tierra”. Dios resucitó a su Siervo y se lo
envía en primer lugar a ustedes para que les traiga la bendición,
apartando a cada uno de sus maldades».
Palabra de Dios.
Sal 8,2ab y 5.6-7.8-9 (R. cf. 2b)
R. ¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
O bien:
R. Aleluya
V. Señor, Dios nuestro,
¿qué es el hombre para que te acuerdes de él,
el ser humano, para mirar por él? R.
V. Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad;
le diste el mando sobre las obras de tus manos.
Todo lo sometiste bajo sus pies. R.
V. Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar
que trazan sendas por el mar. R.
Lc 24,35-48
Así está escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
EN
aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que les había pasado
por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice:
«Paz a ustedes».
Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu.
Y él les dijo:
«¿Por
qué se alarman?, ¿por qué surgen dudas en su corazón? Miren mis manos y
mis pies: soy yo en persona. Pálpenme y dense cuenta de que un espíritu
no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo».
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Pero como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
«¿Tienen ahí algo de comer?».
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.
Y les dijo:
«Esto
es lo que les dije mientras estaba con ustedes: que era necesario que
se cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y
Salmos acerca de mí».
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras.
Y les dijo:
«Así
está escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al
tercer día y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de
los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Ustedes son
testigos de esto».
Palabra del Señor.